Girl sitting on the bed

El regalo perfecto para ella A la hora de regalar muchas son las dudas que asaltan, el si gustara, si será poco o demasiado… También es cierto que normalmente nos centramos más en la compra de un producto, sea material o como servicio, que en crear nosotros mismos el regalo.

Hay momentos para todo en la vida, entonces por qué no ofrecer a esa chica tan especial un masaje yoni, como el que ofrece el masajista masculino. En ocasiones, lo personalizado, aunque con poco o ningún valor económico, puede ser mucho más acertado que el mayor de los gastos. Sobre todo un regalo lo que debe mostrar es gratitud hacía esa persona que se quiere, y para eso no hace falta un gran esfuerzo económico, pues eso es más propio del consumismo capitalista que del razonamiento lógico, aunque por supuesto todo tiene su cabida, en su medida. ¿Qué es el masaje yoni?

El masaje yoni es uno de los más exclusivos servicios que ofrece el masajista masculino para la mujer, un masaje de único deleite para la mujer. En su base es una práctica que exalta la zona íntima femenina, una muy sensible, con el primer objetivo de excitar, para como fin lograr una sensación de bienestar absoluta duradera. Este masaje es el homologo femenino del masaje lingam, el ofrecido al género masculino, con algunas diferencias. El acceso a la zona genital es más pausado, prestando atención a otras zonas del cuerpo, además de la diferencia por excelencia, el aparato sexual.

Es muy importante tener claro que en esta práctica no se busca la masturbación ni su consiguiente clímax, se busca el bienestar a raíz de la excitación. En cualquier caso, el orgasmo debe quedar relegado a último lugar, siendo un fin perfecto para una sesión esmerada y duradera de un deleitable masaje yoni. ¿Cómo hacer un masaje yoni? El gran secreto de este masaje radica en el erotismo el juego constante. El que debe olvidar los instintos sexuales, tanto de una parte como de la otra.

A partir de allí las caricias, las suaves presiones e incluso los besos y otros delicados contactos harán de esta situación la ideal. Para empezar, el cuello será el inicio, el cual puede exaltarse con caricias, besos… a partir de allí ir bajando muy despacio, con sutileza y esmero hacía los pies. Este segundo paso debe ser duradero, armonioso y de un modo u otro pícaro. Una vez en los pies, toca subir del mismo modo, hasta llegar a la joya de la corona, la zona íntima de la mujer. Entonces hay que iniciar un juego de caricias y picardía que logren excitar al máximo a la chica, sin ofrecer la masturbación. La zona a exaltar incluye toda la vagina, incluso el interior, y todos sus alrededores.

Con un masaje lingam la satisfacción está garantizada, siendo uno de los mejores regalos que un hombre puede ofrecer a su amada. De cualquier modo estos también los ofrece el masajista masculino, a domicilio y para parejas.